Se trata de Dick’s Last Resort, un pequeño restaurante que comenzó su negocio como cualquier otro lo hubiera hecho, siendo amables con los clientes. Al ver que no tuvieron éxito, los dueños decidieron dejar a un lado el buen trato hacia a los clientes e hicieron un cambio de empleados.
Para su sorpresa fue un éxito, los clientes recibían maltrato por parte del nuevo personal, lo que brindó popularidad y más clientes al restaurante, aunque parezca mentira.
Los meseros se encargan de ser mal educados, creando una ambiente único, arrojan las servilletas en la cara a los consumidores, los insultan, todo lo que se les ocurra. Además suelen acercarse repentinamente para decir algo desagradable o hacer una broma de mal gusto. El propósito de este lugar no es hacerte sentir mal, sino hacerte pasar el rato en un lugar divertido.
Fuente: Eluniversal
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