Todo comenzó después de que la mujer despertara de un coma en el que estuvo varias semanas. Se quejó de una quemadura en el pie izquierdo, el nervio que registra la información sensitiva del pie y su parte íntima están al mismo nivel y el cerebro de la mujer no podría diferenciarlo, según explica el neuropsiquiatra Marcel Waldinger.
La mujer de 55 años confesó a los médicos que tenía orgasmos involuntarios los cuales comienzan recorriendo su pierna izquierda hasta llegar a su parte íntima, tal como si acabara de tener relaciones sexuales con alguien, pero lo raro es que esto ocurre mientras camina. La mujer neozelandesa explicó a los médicos que tiene entre cinco y seis orgasmos diarios.
Finalmente, la solución de esta mujer fue ponerle una inyección en la espina dorsal.
Fuente: Octavodía
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