Sabias que... Una persona durante su vida llega a comer lo equivalente a 6 elefantes

Resulta que se sacó el promedio sobre la cantidad de lo que normalmente una persona llega a comer durante toda tu vida, algo que resultó ser muy sorprendente puesto que muchos niegan comer demasiado.

Resulta ser que una persona en total come aproximadamente 60,000 libras de peso durante toda su vida, lo que comparándolo con algunos animales se puede decir que una persona llega a comer alrededor de 6 elefantes durante toda su vida, una cantidad que a muchos les dará risa, no lo creerán y probablemente serán un tanto incrédulos.

¿Qué creen? Es totalmente verídico, así que ustedes dirán si en verdad les sirve de algo este dato como para darse cuenta si su modo de alimentación resulta ser bueno, malo o al final de cuentas todos comemos lo mismo, pero es que ¡Comerse lo equivalente al peso de 6 elefantes durante toda su vida es algo completamente loco!

¿Por qué la comida del avión sabe tan mal?

Según sugieren algunos estudios, incluso fomentados por las propias compañías aéreas, el sentido del olfato cambia mucho debido a las condiciones higrotérmicas de la cabina (el grado de humedad es bajísimo, resecando la nariz: cuando la nave alcanza su altitud de crucero, a 11.000 metros de altitud, la humedad de la cabina se mantiene a niveles mínimos para reducir el riesgo de corrosión de fuselaje).

También se ve influido el del gusto, debido al cambio en la presión del aire, que adormece las papilas gustativas. El aire seco (en torno a un 15% de humedad) y la presión de la cabina provocan que se duerman un tercio de las papilas gustativas. Algo parecido a lo que sucede cuando estamos constipados.

Si la comida de los trenes tampoco está muy buena es porque la empresa de catering que prepara los platos lo ha hecho hace muchas horas; y en el caso de los aviones, ha tenido que pasar por condiciones extremas de temperatura y humedad.

Además de la sequedad en la boca y las fosas nasales, hay otros que proponen que el mal sabor de la comida tiene que ver con el oído. Un estudio realizado por la Universidad de Manchester concluyó que los comensales reconocen peor los sabores dulces y salados cuando están sometidos a un cierto nivel de ruido blanco.