Esta pequeña niña llamada Iris Halmshaw, sufre de autismo y uno de sus pasatiempos favoritos es pintar.
Iris, de tan solo 3 años de edad, no puede hablar, es algo distraída y nerviosa, por lo que pintar es algo que la tranquiliza. "Cuando le diagnosticaron el autismo, la clave para su curación era encontrar algo que le gustara hacer", dice su madre, Arabella Carter-Johnson. "Intentábamos jugar con ella en grupo, pero se distraía", explicó.